El trabajo de Carolina se desarrolla entre la fotografía e instalación.
Córdoba, lugar donde pasó gran parte de su infancia, sufrió varios incendios y pérdidas de bosques que solían ser una especie de refugio para ella.
Esta experiencia activó en ella una búsqueda interna para rescatar el suelo que habitó como un espacio sagrado y como un lugar de construcción histórica y personal.
A partir de esta vivencia a Carolina reflexiona sobre el género del paisaje y lo re-piensa, entendido este como algo clásico, desde una mirada contemporánea.
Al explorar nuevos soportes, como el vidrio, la chapa y el cemento busca un diálogo entre los materiales y la imagen.
Le interesa investigar la relación de la fotografía y el espacio, como un dispositivo de contemplación.



















































































